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Perros y niños: ¿cuál es mejor momento para que convivan? 

Esperamos que disfrutes de este artículo

Hola soletes, ¿Os suena la frase?…

Mamá, papá quiero un perrito.  

Convivir con un perro puede ser muy beneficioso para los más pequeños de la casa, sin embargo adoptar un perro es una decisión muy importante que debe tomarse de manera razonada y reflexiva.

Un punto importante es considerar que los niños, al igual que los perros pasan por distintos periodos en su desarrollo, y sus necesidades y comportamiento cambian. 

Por ejemplo, 

Un recién nacido en casa traerá al perro mil olores (pañales, leche, cremas…), mil ruidos (balbuceos, lloros) y muchos objetos nuevos en casa a los que el perro tendrá que habituarse. 

Además, para todo el mundo en casa, el bebé pasa a ser la prioridad, pasando el perro a un segundo plano, y esto puede que no le guste.

Entre los 6 meses y los 2 años: el aparato locomotor del niño se desarrolla rápidamente aunque de manera un poco errática. El niño aumenta sus desplazamientos y entra en un periodo de exploración tanto de objetos inanimados que puede lanzar, como animados, incluyendo al propio perro. Podría tirar de sus orejas, del rabo, subírsele encima… 

El mismo niño, a ojos del perro puede parecer otro niño completamente distinto. En esta etapa, como en todas, hay que extremar la supervisión y cuidar que el perro no se sienta incómodo o presionado.

Entre los 2 y los 5 años: Es el momento de explicarles a los niños que deben respetar al animal, sus objetos y su espacio, ya que empiezan a desarrollar empatía. Además es muy probable que sus amiguitos empiecen a pasar por casa por lo que habrá que asegurar una zona donde nadie moleste al perro, además de supervisar.

Entre los 5 y los 9 años: los niños necesitan tener mayor control de su entorno y empiezan a poner a prueba sus límites y los nuestros. En esta edad, podrían tener un trato algo abusivo con el perro, buscando ganar atención. Es la edad en la que se producen más mordidas indeseadas por el perro de la casa, debido también a una falta de supervisión por parte del adulto que dota al niño de más independencia. Debemos evitar descuidarnos.

Entre los 9 y los 12 años: es la etapa en la que un niño puede tomar mayor responsabilidad en los cuidados diarios del perro. En contraposición, también en esta edad pueden tratar de forzar los límites del perro por ejemplo haciéndole saltar a por un premio inalcanzable o correr en exceso. 

¿Cuál es entonces la mejor edad para que convivan un perro y un niño?

Aquella en la que como adultos, seamos capaces de atender las necesidades de ambos y promover actividades comunes sin descuidar nunca la supervisión.

Hasta luego!

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